miércoles, 11 de abril de 2012

La Teoría Sociológica: Emilio Durkheim

Emilio Durkheim (1858-1917) 




Francés; uno de los más grandes exponentes del positivismo y uno de los tres grandes autores clásicos de la sociología.
Dentro de sus obras más conocidas están: El Suicidio, Las reglas del Método Sociológico, De la división del trabajo, entre otros.

Las reglas del Método Sociológico (1895)

Uno de los mayores intereses de Durkheim es la construcción de la sociología como ciencia autónoma.
Existen fenómenos específicamente sociales, los hechos sociales, que constituyen el objeto de estudio de la sociología y que no pueden ser abordados sino a través del método sociológico.
Hechos sociales, Durkheim los define como: “modos de actuar, de pensar, de sentir exteriores al individuo, y que poseen un poder de coerción en virtud del cual se imponen.”
Dos criterios por los cuales es posible reconocer un hecho social: la exterioridad y la coerción.
Los hechos sociales son externos, sobre todo, porque todas las personas nacen dentro de una sociedad que ya tiene una estructura y unas características determinadas, que van a condicionar su forma de ser y de comportarse. Cuando el sujeto nace, ya encuentra las normas, las creencias hechas; y si ellas existen antes que él, entonces existen fuera de él. Durante la infancia y a través de la educación se transmiten al niño y se convierten en hábitos, por lo cual su exterioridad deja de percibirse.
Los hechos sociales tienen poder de coacción sobre el sujeto y le obligan a acomodarse a ellos. Muchas veces, y debido a la educación, no sentimos el peso de los hechos sociales; lo percibimos recién cuando nos proponemos ir en su contra y notamos resistencia.
Además los hechos sociales son colectivos porque parecen tener una existencia independiente de las diferentes manifestaciones individuales. El hecho social es una resultante de la vida común, es propio del grupo y se repite en los individuos porque se impone a ellos.
Para que pueda hablarse de hecho social, la existencia de una organización definida que ejerza la coerción a través de la aplicación de sanciones se torna necesaria.
Durkheim señala que hay hechos que sin que exista organización de ningún tipo, presentan la misma objetividad y la misma influencia sobre el individuo. Son las corrientes sociales.
No provienen de ninguna conciencia individual sino del colectivo, y son capaces de arrastrarnos contra nuestra voluntad.
La primera regla del método sociológico y la más fundamental consiste en considerar a los hechos sociales como “cosas”, sostiene que, los hechos sociales son objetivos.
Esto significa que, por un lado, no pueden ser conocidos por intuición directa, sino por observación y otros medios empíricos; por otro que no dependen de la propia subjetividad y que no peuden ser alterados a voluntad.
Durkheim no previene del obstáculo que puede representar para el sociólogo los prejuicios, de los cuales hay que desprenderse cuando se quiere estudiar un fenómeno social.
El autor sostiene que “la causa determinante de un hecho social debe buscarse en los hechos sociales que le han precedido y no en los estados de conciencia del individuo.” Como la vida colectiva no se deriva de la individual, las explicaciones que se basan en causas psicológicas individuales, son siempre falsas.

La división del trabajo social



 

En las sociedades arcaicas, es un hecho la escasa división del trabajo, cuando la población es poco numerosa y está asentada en un territorio amplio, puede sobrevivir realizando el mismo tipo de tareas y explotando los mismos recursos. Los sujetos se diferencian poco entre sí; la sociedad está formada por familias o clanes, todos similares, que desarrollan la misma tarea. Durkheim lo llama “segmentado”. El principio que rige este tipo de sociedad es la similitud, y el vínculo que une a sus integrantes constituye un tipo de solidaridad llamado solidaridad mecánica; predomina la conciencia colectiva sobre la individual. El hombre primitivo piensa, siente y obra en forma idéntica al grupo; la conciencia colectiva “cubre” casi totalmente a la individual.
Cuando la densidad de población aumenta, la división del trabajo se hace mayor y las personas comienzan a diferenciarse entre sí.
Como resultado de que cada uno realiza distintas tareas, comienza a darse una interdependencia entre los miembros del grupo; éste presenta ahora una determinada “organización”. El principio que rige este tipo de sociedad es la diferencia y el vínculo que une a sus integrantes constituye la solidaridad orgánica. La diferenciación de los miembros del grupo permite que cada uno de ellos desarrolle su propia individualidad, por lo cual comienza a predominar la conciencia individual sobre la colectiva. 


Presentación en diapositivas

Fernanda Gasso

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